La decisión de separarse o divorciarse puede ser un momento complicado para las familias no sólo por el sufrimiento de los padres sino porque se trata de un cambio que va a afectar de manera notable a los hijos. Por eso es muy importante saber cómo afrontar la situación para que afecte lo menos posible a los menores. Ninguna pareja que se casa se propone en un futuro tener hijos para después divorciarse, las personas que se casan se quieren y se aman, pero la vida puede dar muchas vueltas.
El divorcio es algo que ocurre y que sigue ocurriendo, sigue afectando a adultos y también a los niños. Los padres son las personas indicadas para ayudar a los adolescentes a poder superarlo y que no les deje secuelas que les hagan peligrar su estabilidad emocional. Si bien es cierto que necesitarán tiempo para adaptarse a los nuevos cambios que puedan ocurrir en su vida diaria, con el apoyo de los padres (ambos por igual), podrán conseguirlo.
No hables mal de tu ex pareja delante de tus hijos nunca
Aunque puedas estar herido o enfadado debes luchar con tu interior para decir siempre cosas buenas sobre tu ex delante de tus hijos, recuerda que siempre será el padre o la madre de ellos. Los niños se sienten confusos y con un gran desgarro interno cada vez que escuchan a sus padres hablar mal del otro. No importa lo que haya hecho tu ex, siempre será su progenitor/a como también lo eres tú. Los adolescentes se desarrollarán mejor cuando se sienten libres de amar y respetar a su padre o a su madre en base a su propia experiencia con cada uno.
Debes cuidarte
Los hijos necesitan algo más que cualquier otra cosa durante el divorcio: a sus padres. Para ello deberás cuidarte mental y físicamente, sólo así podrás poder atender a tus hijos cómo se merecen y cómo te necesitan. Piensa en tus emociones y en cómo te estás comportando con tus hijos últimamente, si te das cuenta que algo no marcha cómo debería…, entonces no dudes en buscar ayuda y apoyo en tus amigos, familiares e incluso en un profesional de la psicología para que te ayude a regular las emociones y tu estado de ánimo actual.
Mantén las rutinas familiares (todo lo que sea posible)
Es necesario de que te asegures que tus hijos adolescentes siguen teniendo sus semanas con la misma estructura y con las rutinas a las que están acostumbrados. Sus horas de la comida deberán ser iguales, deberán acudir a sus actividades extraescolares normales, deben tener su tiempo para estudiar y para pasar con sus amigos, etc. Las rutinas ayudan a que se reduzca el estrés y que los niños noten menos los cambios que están ocurriendo a su alrededor. Es necesario que tengas un acuerdo muy claro con tu ex sobre los tiempos y los lugares a compartir con tus hijos.
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No uses a tus hijos como mensajeros
Hoy en día tenemos las nuevas tecnologías para poder comunicarnos con cualquier persona, también con tu ex. Tienes el teléfono, el Whastapp, los correos electrónicos y los correos postales e incluso puedes comunicarte en persona, pero nunca (nunca) es necesario usar a un adolescente como mensajero de un padre a otro.
No uses a tus hijos como espías
Si quieres saber qué está haciendo tu ex pareja con su vida lo mejor que puedes hacer es preguntarle directamente, quizá te lo cuente o quizá no y deberás aceptarlo. No involucres a tus hijos en esto ni le pongas en una posición en la que se sienta como si tuviera que escoger entre la confianza de un padre y la lealtad de otro.
Además resulta muy importante que tengas presente que los niños no son armas, que deberás seguir siendo un buen padre y madre siempre porque ellos te necesitan pero sobre todo, si quieres ayudar a que tus hijos superen todo esto, deberás trabajar por ser una persona con resiliencia.