¿Es bueno dejar llorar a los niños?

Dejar que los bebés y los niños lloren no es tan bueno como algunos piensan
iStock-1160272769
El llanto es la principal manifestación de búsqueda de ayuda por parte de los niños y debe de ser respondida adecuadamente por los padres. - Getty Images/iStockphoto

En 1880, a raíz del descubrimiento de los gérmenes y las infecciones, se generó la idea de que los bebés debían ser tocados lo menos posible, para evitar que se contagiaran. Más tarde, con el desarrollo de la Psicología Conductista que restringía la educación a una serie de premios y castigos, esta idea se afianzó aún más en el imaginario popular.

Desde entonces, muchas personas creen que dejar llorar a los niños no tiene nada de malo. De hecho, incluso hay quienes lo recomiendan, para templarles el carácter. El Método Ferber, por ejemplo, postula que dejar al bebé llorar durante cinco minutos es beneficioso para que aprenda a dormir solo. Sin embargo, ¿es realmente recomendable dejar que los niños lloren? ¿Puede hacerles daño?

El llanto continuo puede afectar el cerebro de los niños y su posterior desarrollo psicológico

En los últimos años se han realizado diferentes estudios dirigidos a evaluar el impacto del llanto sostenido en los bebés y los niños. A raíz de los nuevos descubrimientos realizados en el campo de la neurociencia podemos afirmar que dejar que los bebés lloren y se angustien es dañino y puede afectar su capacidad para relacionarse.

Los neurocientíficos apuntan que durante los primeros meses de vida existe un periodo crítico en el que se activan los genes que controlan la ansiedad durante el resto de la vida. Si el niño no desarrolla un apego seguro con sus padres y siente que no puede confiar en ellos, es más probable que esos genes se activen y se convierta en una persona ansiosa.

También se ha descubierto que cuando el bebé llora mucho, algunas células cerebrales son víctimas del estrés y mueren. Cuando un niño está estresado, su cuerpo libera cortisol, una hormona que afecta el funcionamiento de las neuronas. En ese punto, puede mostrar una reactividad extrema ante el estrés. En otras palabras, el niño no logra desarrollar los mecanismos psicológicos necesarios que le permitan lidiar de forma adecuada con las situaciones estresantes.

De hecho, un niño que aprende que para obtener lo que necesita, ya sea alimento o atención, debe llorar a pleno pulmón, probablemente se convertirá en una persona agresiva, demandante y que se queja por todo. También es probable que conserve una profunda sensación de inseguridad. En este sentido, se ha apreciado que cuando las necesidades de los bebés son satisfechas antes de que experimenten una angustia aguda, tienen más probabilidades de convertirse en personas independientes y seguras de sí mismas.

No debemos olvidar que el llanto del niño es una llamada de atención, es la expresión de alguna necesidad. Por eso, cuando no se le presta atención, se lacera su confianza. Cuando el bebé llora y sus padres le abrazan y confortan, el pequeño se va formando una imagen del mundo y de las personas que le rodean. Probablemente asumirá que está en un lugar seguro y que puede confiar en las personas. Sin embargo, cuando sus necesidades no son satisfechas y tiene que llorar continuamente, creerá que el mundo es un sitio hostil y aprenderá a cerrarse ante situaciones de estrés. De hecho, las investigaciones demuestran que durante el primer año de vida existe un periodo crítico para la formación de la confianza en el mundo.

Dejar que el bebé llore hace que los padres sean más insensibles

Cuando el bebé nace, los padres deben aprender a comunicarse con él, a intuir sus necesidades. De hecho, la capacidad de respuesta de los padres depende en gran medida de los comportamientos positivos del propio niño.

Por tanto, dejar que el bebé llore también lacera la sensibilidad del cuidador ya que este no se esfuerza por comprender qué necesita el pequeño sino que aprende a ignorar sistemáticamente las señales que envía. Es como si el adulto endureciera su corazón, al hacer oídos sordos al llanto del bebé.

Por tanto, un bebé que llora continuamente solo indica la falta de experiencia, conocimientos y apoyo de la persona que lo cuida.

Recomendamos en