Cantabria con niños: 10 lugares imprescindibles para visitar en familia

Qué hacer y qué ver en Cantabria con tus hijos.
Cantabria con niños 10 lugares imprescindibles para visitar en familia
Fuente De, Picos de Europa, Cantabria. Cantabria con niños 10 lugares imprescindibles para visitar en familia. - iStock/Rudolf Ernst

Sus preciosos paisajes de montaña, pueblos con encanto, rutas naturales y sus playas salvajes convierten a Cantabria en un destino de vacaciones único para descubrir en familia. Famosa por sus extensos valles pasiegos, verdes durante gran parte del año, esta comunidad autónoma también atesora imponentes bosques que merecen una visita. Y, para los que prefieren disfrutar de la arquitectura, Cantabria brinda además una gran riqueza histórica y artística con exponentes tan diversos que van desde las pinturas rupestres de la cueva de Altamira hasta las edificaciones del conjunto histórico artístico de Comillas. He aquí algunos sitios cántabros que no podéis perderos si organizáis unas vacaciones o una escapada con los niños. Podéis alojaros tanto en hoteles rurales como en campings adaptados a niños.

Diez sitios de obligada visita con niños en Cantabria

Ya estéis organizando unas vacaciones en familia a Cantabria o queráis hacer una escapada de fin de semana, esta comunidad autónoma de España tiene muchos rincones por descubrir. Hemos recopilado algunos de los sitios que no podéis dejar de visitar con los más pequeños de casa. ¿Os animáis?

1. Parque Nacional de Los Picos de Europa

Con una extensión de unos 700 km2 repartidos entre Cantabria, Asturias y León, el Parque Nacional de Los Picos de Europa es uno de los sitios que no debéis dejar de visitar con los niños. Famoso por su gran diversidad de paisajes y una impresionante biodiversidad, atesora algunas de las especies más típicas de la Cordillera Cantábrica y algunas en peligro de extinción como el oso pardo o el urogallo. Sin embargo, uno de sus mayores tesoros son sus preciosas vistas que podéis disfrutar desde distintos puntos del parque como el mirador del Cable o el teleférico de Fuente Dé, a 1.847 metros de altura.

2. Cueva de Altamira

Bisonte de Altamira. Imagen: iStock Photo.

Sin duda, uno de los mayores tesoros de Cantabria es la Cueva de Altamira, más conocida como la Capilla Sixtina del arte rupestre. Se trata de una impresionante cueva natural, declarada Patrimonio de la Humanidad, que atesora algunas de las pinturas y grabados prehistóricos más famosos del mundo. Si bien la visita a la cavidad original no está abierta al público general, es posible visitar la Neocueva en el Museo de Altamira, ubicado a escasos metros de la cavidad original. El recinto cuenta además con una amplia colección gráfica y material de la época que los niños podrán descubrir en primera persona.

3. Playas salvajes de Costa Quebrada

Si os gustan los planes en la playa, la Costa Quebrada es uno de los destinos que no podéis dejar de visitar con los niños. A lo largo de más de 10 kilómetros encontraréis preciosas playas salvajes en las que las rocas se funden con la arena dorada para ofrecer un paisaje único e impresionante. Desde la playa de Portio, la playa de la Arnía o la playa de Somocuevas, hay muchísimas opciones para que elijáis la que más os gusta y paséis un día diferente en familia disfrutando de unas vistas maravillosas mientras los peques se divierten dándose un chapuzón.

4. Parque de la Naturaleza de Cabárceno

Parque Natural de Cabárceno - iStock

A 17 kilómetros de Santander, encontraréis el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, un espacio de más de 750 hectáreas naturalizadas por la mano del hombre en el que habitan en semilibertad alrededor de unas 120 especies de animales provenientes de los cinco continentes. Se trata de un parque único que os permitirá estar en contacto directo con la naturaleza y descubrir algunos de los ejemplares más típicos de la fauna mundial mientras recorréis las rutas botánicas y miradores que os aguardan allí. El parque también dispone de una telecabina desde donde podéis contemplar todo el paisaje a vista de águila, a la vez que ofrece la posibilidad de adentrarse en algunos recintos como el de los elefantes y los rinocerontes para que los niños puedan estar junto a estos ejemplares.

5. El Capricho de Gaudí

Los pequeños amantes del arte estarán encantados de visitar este peculiar edificio ubicado en el casco antiguo del municipio de Comillas, una de las primeras obras de Gaudí. Con el típico estilo ecléctico que caracteriza al artista, esta construcción de aires modernistas construida entre 1883 y 1885 llama la atención por su curiosa decoración, rodeada de balcones, barandillas y baldosas de cerámica con flores de girasol. Cada fachada del edificio es única, de manera que seguramente os sorprenderá recorrerlo mientras admiráis sus perfectos detalles. Vale destacar que aunque en el interior ha sufrido importantes reformas que se alejan de la idea inicial de Gaudí, sigue resultando muy bonito y atractivo para los visitantes.

6. Santillana del Mar

Santillana del Mar con niños.

Si decidís viajar a Cantabria con niños, Santillana del Mar es una cita imprescindible. Nada más llegar os enamorará sus calles empedradas y sus casitas cántabras típicas que le confieren un encanto peculiar al lugar. No podéis dejar de visitar su monumental Plaza Mayor y la Colegiata de Santa Juliana con su claustro, así como los múltiples palacios y casas solariegas que encontraréis diseminadas por la zona. En el mismo pueblo también podéis ir hasta el Museo del Barquillero o el Museo de la Tortura, en el que los niños podrán descubrir algunos de los métodos de tortura más utilizados en la historia.

7. Valles Pasiegos

Si os gusta el turismo rural, no podéis dejar de visitar los Valles Pasiegos cántabros para disfrutar de la naturaleza en su estado puro. Con unos paisajes realmente hermosos que conjugan pastos escarpados y pastizales que se pierden con las montañas a lo lejos, los Valles Pasiegos son uno de los lugares que los niños adorarán visitar. Uno de los planes que no podéis perderos es recorrer algunas de las rutas que se adentran en estos valles y, si os apetece, acercaros hasta las cuevas de Puente Viesgo que atesoran algunas pinturas rupestres de hasta 30.000 años de antigüedad o visitar los conjuntos arquitectónicos de Vega de Pas y Esles. Y, por supuesto, no podéis iros sin probar uno de los sobaos pasiegos típicos de la región.

8. Cueva El Soplao

Descubierta a principios del siglo XX, esta cueva está considerada como una de las maravillas de la geología española. Su fácil accesibilidad la convierten en una excelente opción para visitar en familia y descubrir sus yacimientos mineros y en especial las muestras de ámbar, una resina fosilizada que mantiene intacta algunos ejemplares de plantas e insectos que vivieron hace millones de años. Sin embargo, uno de los detalles que más les gustará a los niños son las impresionantes y caprichosas formaciones rocosas de la ruta que dan vida a figuras muy peculiares y un paisaje natural único.

9. Nacimiento del Río Asón

Si sois unos amantes de la naturaleza, no podéis perderos la ruta hasta el nacimiento del Río Asón, considerada una de las más bonitas de Cantabria. El trayecto comienza en el pueblo de Asón, en el valle de Soba y termina ante la imponente cascada de Caliagua, una ruta llena de verde y moteada de pintorescas casitas rurales que seguramente os encantará. Una vez en el nacimiento del río, podéis disfrutar de un auténtico remanso de paz con aguas cristalinas y grandes piedras redondeadas que dan forma al paisaje. De hecho, si os apetece también podéis tomar un baño ya que el nacimiento del río no tiene demasiada profundidad, eso sí, el agua está un poco fría.

10. Bosque de Secuoyas

Bosque de Secuoyas en Cabezón de la Sal.

Situado en el municipio de cabezón de la Sal, se erige el imponente bosque de Secuoyas del Monte Cabezón. Creado por la mano del hombre allá por los años 40, se trata de uno de los únicos bosques seminaturales de secuoyas en España. El bosque se extiende por unas 2,5 hectáreas y atesora más de 800 ejemplares de estos impresionantes árboles que pueden alcanzar los 36 metros de altura. Vale destacar que organizan visitas guiadas con previa reserva que son perfectas para descubrir un poco más sobre esta peculiar especie, aunque si lo preferís, también podéis ir por vuestra cuenta.

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