Conseguirlo antes no significa que sea mejor
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Vivimos en un mundo donde las prisas son parte habitual de nuestra vida. Todo el mundo va sin tiempo, corriendo de un lugar a otro sin mirar atrás. Lo queremos todo y lo queremos ya. Cuando somos padres no nos damos cuenta de que aunque los días pasen lentos, la realidad es que los años vuelan… ¡pasan tan rápido que no nos percatamos de ello! Pensamos que las cosas cuanto antes se hagan o se consigan es mejor y en realidad no es así.
Esto es aún más importante cuando tenemos en cuenta la crianza y el desarrollo de nuestros hijos. Pensamos que cuanto antes consigan sus hitos de desarrollo será mucho mejor para ellos y para nosotros, pero nada más lejos de la realidad.
Cuanto antes lo consiga no es mejor
Hay cosas que pensamos que será mejor que las consigan cuanto antes, no solo por ellos, sino más bien por nuestra comodidad. Lo cierto es que en la crianza lo mejor es saborear cada momento, cada instante… y ser conscientes de que esos momentos, aunque nos parezcan difíciles, no se van a repetir nunca más y con el paso del tiempo, los echaremos de menos.
Algunos ejemplos de hitos que queremos que se consigan cuanto en la crianza antes son:
- Que se duerma solo en su cama
- Que empiece a comer alimentos sólidos
- Que no tome más teta
- Que empiece a caminar
- Que empiece a hablar
- Que deje el pañal
- Que lea y escriba sin ayuda
- Que sea capaz de hacer las cosas sin ayuda y con autonomía
Queremos que todo sea cuanto antes mejor, sin darnos cuenta de que eso nos genera impaciencia y frustración cuando ellos tienen su propio ritmo y no siguen nuestras expectativas. Su desarrollo no entiende de expectativas, sino que requiere de paciencia y sobre todo, respeto hacia sus capacidades y ritmo de aprendizaje.
No tengas tanta prisa
No tengas tanta prisa en que tus hijos vayan superando etapas, deja de lado esa visión adulta en la que te olvidas de escuchar lo que tus hijos realmente necesitan. Quizá quieras que coma solo ya pero la realidad es que aún no está preparado para ello y necesita de tu paciencia y guía para conseguirlo. Tu hijo te dará señales de que necesita más tiempo incluso antes de que comience a hablar, sólo tienes que observarle y seguir tu instinto.
Adelantar los procesos y presionar a tus hijos para que consigan los hitos del desarrollo no es mejor… ni mucho menos. Si lo haces es posible que solo consigas retrocesos, que se haga daño o que se frustre emocionalmente y que no quiera seguir intentándolo. No mines la autoestima de tus hijos solo porque no respetas su derecho a aprender siguiendo su propio ritmo.
Cada uno necesita su tiempo: tus hijos también
Cada persona necesita su propio tiempo para madurar, para aprender, para asimilar las cosas… y tus hijos también. No es su culpa que la sociedad no esté preparada para esperar, para ir a un ritmo más lento o para respetar que las personas no somos máquinas que podemos con todo sin cansancio o sin equivocaciones.
Como padres, es nuestro deber encontrar la forma de dejar de escuchar a la sociedad y empezar a escuchar con el corazón todo lo que nuestros hijos nos dicen incluso sin palabras. Sigue tu instinto como padre y madre y que lo único que te importe es el bienestar de tus hijos.
Los adultos debemos aprender a respetar a nuestros hijos porque es la mejor manera de ofrecerles nuestra guía y amor incondicional. Sé consciente de que cada niño aprende a su propio ritmo, tú debes acompañarle en su proceso, disfrutar del momento y no presionarle para que consiga las cosas antes de tiempo.
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