Los globos sensoriales son una herramienta muy útil para desarrollar la sensibilidad táctil en los niños y familiarizarlos con las distintas texturas. Además, sirven para estimular la motricidad fina, una habilidad fundamental para que más tarde los niños puedan empezar a dibujar y hacer sus primeros trazos.
Los globos sensoriales también permiten que los niños canalicen sus emociones negativas, ayudándoles a gestionarlas, por lo que son una excelente herramienta para los pequeños que padecen problemas de ansiedad e hiperactividad.
¿Cómo funcionan los globos sensoriales?
Mientras el niño presiona el globo, va liberando la tensión acumulada, de manera que la ira, la ansiedad, la frustración o cualquier otra emoción negativa empiezan a disminuir. De hecho, esta técnica también es muy útil para los niños que tienen problemas de autocontrol, trastornos de la conducta o autismo.
Por si fuera poco, los globos sensoriales también favorecen la consolidación del pensamiento conceptual y lógico ya que mientras los niños juegan, van aprendiendo la diferencia entre conceptos básicos como blando y áspero, pesado y liviano o claro y oscuro. Además, estimulan la creatividad y la imaginación infantil, a la vez que potencian la concentración.
Lo más interesante es que se pueden utilizar en cualquier momento. Los niños pueden llevar los globos siempre consigo y usarlos cuando se sientan ansiosos, irritados o aburridos. También los puedes guardar en un lugar específico de la casa al que los pequeños puedan acceder en cualquier momento.
Una estrategia muy útil para motivar a los peques a usar los globos sensoriales consiste en confeccionarlos en casa con su ayuda. El hecho de participar en el proceso de su confección e imprimirle su sello personal seguramente animará muchísimo a los niños a jugar con los globos y llevarlos consigo.
¿Qué materiales necesitas para hacer globos sensoriales?
- Globos de agua medianos, preferentemente de varios colores
- Relleno para los globos: arroz, bolitas de gelatina, semillas, garbanzos, perlas de agua...
- Embudo
- Hilo
- Pinceles
- Pinturas de diferentes colores
- Agua
¿Cómo confeccionar los globos sensoriales paso a paso?
Introduce el globo en el orificio de salida del embudo, presiónalo fuerte y anúdalo con el hilo para que no se resbale ni se salga.
Elige el relleno para cada globo y ve introduciéndolo lentamente a través del embudo hasta que hayas llenado aproximadamente ¾ de la capacidad del globo. A continuación añade agua hasta que se llene el globo.
Desata el hilo del globo, quítalo del embudo y asegúrate de extraer todo el aire que pueda haber quedado. Luego, ata el globo.
Deja que el niño decore el globo a su gusto usando el pincel y las pinturas. Puede dibujar su personaje animado preferido o dejar volar su imaginación y dibujar cualquier otra cosa que quiera.
Ahora solo tendrás que repetir el mismo procedimiento con el resto de los globos, pero cambiándoles el relleno para diversificar su textura. ¡Listo! Tu hijo ya tiene sus propios globos sensoriales.
¿Cómo usar los globos sensoriales en casa?
Los globos sensoriales están diseñados para que los niños los aprieten a su antojo, sobre todo cuando se sienten ansiosos o irritados. Sin embargo, también pueden formar parte del juego infantil. Puedes pedirle que organice los globos según su color, volumen o textura, a los más pequeñitos les encantará hacerlo, una tarea que desarrolla su percepción y pensamiento.
Otra idea muy divertida consiste en adivinar qué tienen los globos dentro, cerrando los ojos y utilizando exclusivamente el tacto. También puedes colocar un recipiente profundo con agua y pedirle al niño que introduzca los globos para ver cuáles flotan y cuáles se van al fondo.