Leches infantiles de crecimiento: ¿Cuál elegir?
¿Son necesarias las leches infantiles de crecimiento?
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A partir de los 18 o 24 meses los niños pueden comenzar a beber la leche de crecimiento, la cual se puede mantener hasta los dos años y medio. Se trata de leches pensadas para preparar el sistema digestivo del niño, de forma que pueda asimilar mejor la leche de vaca entera.
Actualmente existen diferentes tipos de leches infantiles de crecimiento, algunas están enriquecidas con vitaminas, hierro o yodo, con el objetivo de complementar la dieta infantil. Sin embargo, un estudio realizado recientemente por la OCU ha llegado a la conclusión de que este tipo de leche no es imprescindible para los niños. De hecho, algunos pediatras les recomiendan a los padres que cuando terminen con la leche de continuación, les den yogurt al niño. Si este lo asimila bien durante una semana, está listo para beber leche de vaca.
Leches de crecimiento: Caras e innecesarias
Los bebés recién nacidos no pueden beber leche de vaca ya que esta tiene una concentración muy alta de proteínas y minerales que provocaría una sobrecarga renal. Pero a medida que el niño crece, su sistema digestivo madura y sus riñones son capaces de metabolizar alimentos con cargas renales más elevadas.
De hecho, según The European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition, a partir del primer año de vida el sistema digestivo del niño ya está preparado para asimilar cualquier tipo de alimento, incluyendo la leche de vaca. De hecho, a partir de los nueve meses ya puede empezar a comer pequeñas cantidades de yogurt natural sin azúcar y queso fresco.
Según el informe de la OCU, que analizó 15 tipos de leches de crecimiento diferentes, estas tienen un valor energético similar al de la leche de vaca. Sin embargo, su contenido protéico es menor y el contenido en calcio también es inferior al de la leche de vaca. Además, mientras que la leche de vaca solo contiene lactosa, las leches infantiles de crecimiento tienen azúcares añadidos. De hecho, en el 60% de las marcas que se analizaron, la cantidad de azúcares añadidos era inadecuada para un niño.
Los únicos dos puntos a su favor indicaron que, aunque tienen idéntica cantidad de grasa, las leches de crecimiento contienen menos grasas saturadas y más ácidos grasos esenciales. También tienen más vitaminas. Sin embargo, los especialistas consideran que una dieta sana y variada es suficiente para que los niños obtengan las vitaminas y los ácidos grasos esenciales que necesitan para crecer.
A esto se le suma que las leches de crecimiento tienen un precio elevado. Según la OCU, una familia puede ahorrar al menos 600 euros entre los 12 meses y los 3 años del niño si, en vez de comprar este tipo de producto, apuesta por la leche de vaca.
Toda la leche de vaca no es igual
Se recomienda que los niños consuman unos 600 ml de leche al día, más o menos el equivalente a tres vasos. Sin embargo, no solo pueden consumir la leche sino también queso, yogures o incluir la leche como un ingrediente en los purés.
Sin embargo, todas las leches de vaca no son iguales. Un estudio realizado el año pasado por la OCU ha analizado 40 marcas de leche para llegar a la conclusión de que algunas son muy buenas pero sería mejor evitar otras, sobre todo para los niños.
Las tres peores marcas, en las que se ha detectado leche envejecida son: La Vaquita, Milbona (Lidl) y Carrefour Discount. En algunos casos incluso se han encontrado gérmenes termoresistentes que indican deficiencias en el proceso de tratamiento de la leche, aunque no son peligrosos para la salud.
En el extremo opuesto encontramos Tierra de Sabor, que destaca por el procesado y su aporte nutricional, además de su sabor. Le siguen: La Vaquera, Condis y Milsani (Aldi), que sobresalen por la relación calidad-precio y su sabor.
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