No tengo ganas de jugar con mi hijo…
…y no me tengo que sentir mal por ello
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La maternidad no es nada fácil y en ocasiones, puede que te sientas culpable por cosas que igual, no deberías. El sentimiento de culpa parece que acompaña a todas las madres en muchos momentos de la crianza, pero es necesario aprender a estar más relajada para que la crianza sea más efectiva. Quizá no siempre te apetezca jugar con tu hijo…
Quizá tu hijo tiene ganas de jugar contigo a todas horas, y esto es normal. Y también es normal que tú estés cansada y que no siempre quieras estar en el suelo jugando a los coches o construyendo bloques. No te desesperes por esto, porque es normal.
El juego y los niños
Es cierto que para tu hijo jugar contigo es lo mejor que puede hacer durante el día, y el juego es un aspecto fundamental para el desarrollo infantil… pero esto no significa que tengas que tener una disponibilidad permanente para tus hijos siempre que demanden tu atención para jugar con ellos. No eres mala madre si no siempre te apetece jugar con tus hijos.
No eres una mujer todoterreno que pueda con todo y eso no tiene que hacerte sentir mal ni mucho menos. Lo ideal es que busques actividades que os gusten a los dos para disfrutar del tiempo juntos, y que cuando estés ocupada o no puedas atender a sus juegos, se lo digas con cariño. Le puedes decir que en estos momentos mamá no puede jugar, pero que lo hará más tarde, en otro momento.
No te sientas mal
No te sientas mal porque estés cansada y no tengas ganas de jugar, no tienes porqué estar siempre dispuesta a jugar con la mejor sonrisa, ni estimularle continuamente… Lo ideal es que cuando lo hagas, lo hagas con ganas y cuando no, no te sientas mal por eso. Es importante que te cuides a ti misma y que estés bien para poder cuidar mejor a tu bebé o hijo pequeño.
Debes darte permiso para no tener siempre ganas de jugar con los hijos… ser madre no significa ser perfecta y anular tu persona en beneficio de otros. Si bien es cierto que tus hijos te necesitan para crecer y desarrollarse, tú también debes tener tiempo para ti. Eres mamá las 24 horas del día, por supuesto… Pero también eres una mujer que debe cuidarse para estar bien. No siempre puedes abarcarlo todo y eso no está mal ni te hace ser peor madre. No acumules tensión que puede acabar descargando en aquellos que menos lo merecen, como tus hijos.
Claves a seguir
Hay algunas claves que tienes que seguir para no sentirte mal si no tienes ganas de jugar y por supuesto, saber cómo comportarte para que tus hijos no se sientan mal… No tienes que pagar con ellos la tensión que puedas tener.
No le regañes
No hay que quitarse al niño del medio diciendo cosas como: “Déjame un rato” o “Más tarde jugaré contigo” y luego no cumplir la promesa. Es mejor decirle claramente que en este momento no puedes y animarle a jugar solo un tiempo para después hacer alguna actividad juntos que sea divertida (y que lo hagas de verdad).
No le grites
No es justo que si te sientes frustrada por el tema que sea lo pagues con tus hijos y les grites. Ellos necesitan que estés bien, tranquila, incluso aunque no te apetezca jugar con ellos en estos momentos.
Tus hijos demandarán tu atención constantemente y eso no tiene que hacerte enfadar ni mucho menos, incluso cuando se ponen pesados. Sería como regañarles porque tienen hambre o sueño, ¡no tiene sentido! Recibir atención y tu cariño es una necesidad vital para ellos y es normal que te lo pidan, por lo que jamás le hagas un comentario del tipo: “eres muy pesado”.
No le ignores
Aunque no le puedas atender, hazle saber que te has enterado de lo que te pide para que se sienta escuchado y comprendido todo el tiempo. Si le ignoras puede sentir abandono emocional y eso será una herida demasiado profunda en su corazón. De hecho, ignorarle puede ser mucho más doloroso que simplemente decirle que jugarás más tarde con él. Si no le haces caso puedes generarle frustración y socavar su autoestima para siempre.
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