Padres, tenéis que levantar la mirada de vuestros smartphones
Las pantallas consumen la felicidad de los niños
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Desgraciadamente cada vez la sociedad es más esclava de las nuevas tecnologías. Los padres comienzan a tener los mismos problemas con las pantallas y las redes sociales que sus hijos. La tecnología es el mayor problema y desafío que presentan los padres en la actualidad. Antes parecía que era un problema de adolescentes, pero cada vez es más evidente que a los padres les cuesta dar buen ejemplo de un uso responsable de la tecnología.
El problema viene de las redes sociales y de cómo las personas están siendo adictas de publicar o seguir perfiles, páginas… en ellas. Los desencadenantes sociales y psicológicos ocurren después y también hacen daño.
En la última década, el número de adolescentes y niños que tienen pensamientos suicidas se ha duplicado, coincidiendo directamente con el crecimiento de la tecnología personal y el uso de las redes sociales. Cuanta más pantalla consumen los niños más problemas emocionales pueden tener en su crecimiento.
Un cambio de perspectiva
En cambio, los niños y adolescentes que pasan menos tiempo delante de las pantallas y hacen otras actividades (jugar a deportes, jugar con sus amigos cara a cara, etc.) Son menos propensos a sentirse infelices y deprimidos. ¿Cuándo fue la última vez que tu hijo te hizo una pregunta o quiso hablar contigo cuando estabas al teléfono (u otro dispositivo) y tuvo que esperar? ¿Hoy? ¿Ayer? ¿Ahora mismo?
Para que los padres puedan educar en tecnologías a sus hijos primero deberán hacerse cargo de su propio uso de las pantallas y sobre todo, de las redes sociales. Es necesario saber cómo formar una familia y administrar un hogar sin que las pantallas sean las protagonistas durante el día (y la noche).
Los adultos y los niños utilizan las tecnologías al mismo tiempo y ambos, desconectan de la realidad, desconectan de ellos mismos aunque estén delante unos de otros. Los niños aprenden a través de la imitación. Todos los primates se comportan de esta manera… aprenden imitando y los humanos no son diferentes.
La obsesión que tienen los niños cuando reciben un teléfono está directamente relacionada con ver a los padres perderse repetidamente delante de la pantalla. Si piensas que estamos exagerando, cuenta cuántas veces al día tocas tu teléfono, te sorprenderás.
Por lo tanto, ni siquiera es necesario dedicar más tiempo a preocuparnos por cómo la tecnología nos está quitando a nuestros hijos, sino que tenemos que levantar la cabeza y darnos cuenta de que también nos estamos alejando de ellos. Tus hijos te necesitan y tú solo agachas la cabeza para publicar en redes sociales o hablar por WhatsApp mientras tus hijos están delante de ti, queriendo estar a tu lado, sentirte cerca emocionalmente y no tan lejos… aunque estés al lado. Estas modelando el comportamiento para tus hijos.
Tus hijos son más importantes que las redes sociales
Es esencial para tu bienestar mental y físico que separes tu cuerpo de los dispositivos móviles y los uses únicamente para lo imprescindible. Esto no solo se aplica a los niños, sino también a los adultos. Aunque en los niños es más importante porque sus cerebros aún no están formados y sus cuerpos aún están en desarrollo.
Los niños son la población más vulnerable a padecer desequilibrios sociales (enfermedades, contaminaciones o cualquier otro tipo de problema), y de esta manera reflejan en ellos tu propio comportamiento. Los niños no saben cómo interpretar y analizar sus sentimientos de desconexión. Necesitan la ayuda de sus padres, de los adultos para poder hacerlo.
Si crees que tus hijos están demasiado obsesionados con los dispositivos móviles, primero deberás pensar en cuánto usas tú el teléfono cuando están tus hijos delante. Porque la obsesión de un niño con los dispositivos está directamente ligada con el ver a los padres perderse en una pantalla y alejarse aunque esté justo delante.
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