Son muchos los padres que cuando ven que sus bebés o niños pequeños tienen hipo se preocupan pensando que quizá les está pasando algo que les afecta a su salud. Al verles con hipo piensan que esa reacción del organismo les está causando alguna molestia, pero en realidad, no es tanto como parece.
Cuando un bebé o un niño pequeño tiene hipo, en realidad es como cuando te pasa a ti. Es una reacción temporal del cuerpo humano que no genera molestia ni dolor. Tampoco es un síntoma de una enfermedad grave… tener hipo es algo habitual en cualquier ser humano y por eso, no es motivo de preocupación exagerada. Igual que aparece, desaparece y a medida que crecen los bebés el hipo comienza a reducir su aparición.
¿Por qué ocurre el hipo en bebés y niños pequeños?
En los bebés y recién nacidos, el hipo frecuente puede ocurrir porque hay una inmadurez del sistema nervioso central. No hay un control maduro y esto hace que haya contracciones repentinas e irregulares en el diafragma provocando el hipo en bebés y niños pequeños.
En otras circunstancias, cuando son niños pequeños o más mayores, cualquier cosa que pueda irritar el diafragma puede causar que el músculo tenga espasmos repetitivos y que se produzca el hipo. Al sufrir alteraciones por una ingestión masiva o por sorber rápido (y tragar aire) también se puede producir el hipo.
Normalmente las causas comunes son:
- Tragar aire al alimentarse
- Digestiones pesadas
- Tener el estómago muy lleno
- Después de llorar mucho
- Al regurgitar
- Cambios de temperatura
No es síntoma de una enfermedad
Merece la pena aclarar que el hipo en bebés y niños pequeños es muy común por lo comentado anteriormente y que no suele significar que haya una enfermedad. No es algo peligroso y puede desaparecer en minutos u horas. Mientras el bebé o el niño pequeño esté sano, el hipo no tiene porqué suponer ningún tipo de problema que requiera atención médica.
¿Cuándo debes preocuparte?
En cambio, hay ciertas circunstancias en las que sí deberías prestar atención al hipo y en cuyos casos, sería adecuado contactar con el pediatra lo antes posible para saber si existe alguna anomalía o problema a tratar.
Los síntomas que tienes que observar en el hipo de tu bebé o hijo pequeño para buscar atención médica sería cuando:
- El hipo dura más de tres horas
- El bebé o el niño pequeño deja de comer
- Hay pérdida de peso
- El hipo provoca molestias y llanto en el pequeño
- El hipo provoca fiebre e inquietud al menor
- A causa del hipo hay vómitos frecuentes
Si tu bebé o hijo pequeño tiene cualquiera de los síntomas mencionados anteriormente, en este caso, sí deberías acudir al pediatra lo antes posible para que le haga una valoración médica y buscar el tratamiento adecuado en cada caso concreto.
¿Se puede evitar el hipo en bebés o en niños pequeños?
Cuando es a causa de la inmadurez del sistema nervioso no se puede evitar, pero tampoco es un hipo que dure mucho, normalmente entre segundos y pocos minutos. En este caso no es que se pueda evitar, es que se va sin hacer nada más que esperar.
Igual que ocurre con los adultos, pueden haber ciertas estrategias (no probadas científicamente pero tampoco invasivas) que pueden ayudar a que el hipo cese y que las contracciones en la musculatura del diafragma cesen.
Algunos son:
- Beber agua de un trago
- Dar un pequeño susto
- Beber agua con la nariz tapada
- Retener el aire 10 segundos
- Concentrarse en que el hipo se acaba
Estos métodos, claro está, están pensados para niños más mayores o adultos, en ningún caso se pueden usar para niños pequeños o bebés. Por lo que, solo queda la estrategia de esperar con paciencia y observar que el hipo no se acompaña de ningún síntoma extraño que debamos valorar para buscar atención médica.
Estrategias de cuidado para cuando tu bebé tiene hipo
Aunque no se puede evitar del todo, hay que tener ciertos aspectos en cuenta cuando el bebé tiene hipo. Toma nota:
- Cuando un bebé es amamantado puede tener hipo si traga demasiado aire. Para evitar esto puedes darle el pecho en pequeñas tomas y parar unos minutos para permitir que no trague más aire del que debe.
- Si tu bebé toma el pecho o el biberón muy rápido, hay que descansar de la toma unos segundos y después reintentarlo de nuevo.
- Cuando un bebé termina de ser amamantado hay que hacer que eructe siempre poniéndolo en posición vertical y dándole suaves golpecitos en la espalda. Así eliminará el aire en exceso.
- Cuando hay cambios de temperatura también pueden provocar hipo por lo que es importante que no haya corrientes de aire donde esté tu bebé.
Con toda esta información, ahora entenderás mejor el hipo de tu bebé o niño pequeño, por qué ocurre y qué puedes hacer para evitarlo, solo en caso de que se pueda.