Señales de cansancio en bebés y niños: ¿cómo detectarlas y qué hacer?
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Solemos pensar que la infancia es una etapa muy dinámica y llena de energía. Y, en gran parte es así, los niños suelen ser incansables por naturaleza, tienen mucha energía para derrochar y adoran pasar el día inmersos en distintas actividades. Sin embargo, a veces los pequeños también se cansan. El problema es que, a diferencia de los adultos, los niños no saben gestionar bien el cansancio, lo cual puede incrementar su sensación de malestar y afectar su rendimiento, su estado de ánimo y la forma en la que se relacionan con su entorno. Para evitar que esto suceda te enseñamos cuáles son los primeros signos que desvelan el cansancio en los niños, a qué pueden deberse y qué puedes hacer.
Los signos de que los niños están cansados, según su edad
Cada niño muestra su cansancio de una manera diferente, dependiendo de su edad y su personalidad. Sin embargo, existen algunos signos universales que pueden desvelar que los pequeños están agotados y necesitan un descanso reparador. Estas son las señales más comunes que revelan que tus hijos pueden estar cansados.
Principales señales de cansancio en bebés:
- Bosteza con frecuencia, un signo universal de cansancio y/o sueño.
- Sus párpados de abren y cierran rápidamente.
- Se frota los ojos con frecuencia.
- Arquea su espalda hacia atrás.
- Se lleva los dedos a la boca, como señal de que quiere dormir.
- Se tira de las orejas o juega con ellas.
- Mueve sus brazos y piernas de manera brusca.
- Muestra un comportamiento inquieto.
- Llora continuamente y cuesta consolarlo.
- Se niega a jugar y se distrae fácilmente.
Signos de alerta de cansancio en niños pequeños:
- Tiene un comportamiento torpe.
- Bosteza con regularidad y se frota los ojos.
- Demanda más atención de la habitual.
- Se “pega” a tu regazo de manera insistente.
- Se aburre rápidamente con el juego.
- Llora y se muestran irritables.
- Se niega a comer o hacer cualquier actividad.
- Se muestra especialmente irritable.
- Está apático y enfadado.
- Se le cierran los ojos involuntariamente.
Causas más comunes del cansancio infantil
El exceso de actividades cotidianas suele ser la causa más común del cansancio en los más pequeños de casa. Son muchos los niños que se levantan temprano para ir al colegio y, tras terminar la jornada lectiva, deben hacer frente a una larga lista de actividades extraescolares, con clases de música, idiomas o deportes. Luego, llegan a casa para realizar sus tareas escolares antes de ir al parque a jugar con los amigos. Con esta jornada maratoniana es normal que, al caer la noche, los pequeños muestren signos evidentes de estar cansados y necesiten dormir. Sin embargo, este no es el único motivo que puede llevar a que los niños se sientan agotados.
1. Falta de sueño mantenida
Durante los primeros dos años de vida, los niños necesitan dormir entre 11 y 14 horas al día, mientras que entre los 3 y 5 años requieren en torno a 10 y 13 horas y, para los 6 y 12 años una media de 9 y 12 horas diarias. Cuando los niños descansan menos horas de las que necesitan, su cuerpo no consigue reponer energías y se agota con mayor facilidad. Asimismo, si los pequeños se acuestan tarde en la noche, tardan más en conciliar el sueño y descansan peor, por lo que al otro día estarán más cansados.
2. Alimentación inadecuada
¿Sabías que una dieta rica en azúcares, grasas saturadas y granos refinados puede hacer que los niños se sientan más cansados? Los platos de comida rápida, los dulces o los fritos pueden alterar el adecuado ciclo descanso y vigilia, haciendo que los niños no descansen lo suficiente durante la noche y se sientan más agotados durante la jornada. De la misma manera, cenar demasiado tarde, también puede propiciar un mal descanso nocturno, con el consecuente agotamiento a la mañana siguiente.
3. Sedentarismo y uso excesivo de las pantallas
La falta de actividad física y el exceso de horas frente a las pantallas son otra de las causas más comunes del cansancio infantil. Mientras que el sedentarismo hace que el cuerpo entre en una especie de stand by, afectando el adecuado descanso nocturno, se ha demostrado que la luz que emiten las pantallas sobreexcitan al cerebro, haciendo que sea más difícil conciliar el sueño y disfrutar de un descanso profundo y realmente reparador.
Asimismo, se conoce que algunos medicamentos pueden producir somnolencia y agotamiento en los niños, de la misma manera que determinadas enfermedades pueden hacer que descansen peor. Ser víctimas del estrés, tener ansiedad o problemas emocionales también pueden alterar el adecuado descanso nocturno y propiciar un mayor agotamiento matutino.
Claves para propiciar un descanso adecuado en los más pequeños de casa
Detectar los signos de cansancio en los niños es el primer paso para ayudarles a combatir el agotamiento. En estos casos, la solución más efectiva suele ser encontrar la causa de ese cansancio para ponerle freno cuanto antes. Sin embargo, también existen otras medidas que puedes poner en práctica para ayudarles a superar el agotamiento y evitar que se convierta en un problema crónico.
1. Mantén una rutina de sueño estable
Mantener una rutina de sueño es el mejor aliado para propiciar un adecuado descanso en los niños. Una rutina de sueño ayuda a que los pequeños duerman las horas que necesitan a diario, a la vez que prepara su cuerpo para que concilie antes el sueño y disfrute de un sueño más reparador. Atendiendo a la edad del pequeño y la cantidad de horas que necesite dormir, lo ideal sería establecer una rutina en la que nunca se acuesten después de las 8 de la tarde para que puedan descansar al menos 12 horas ininterrumpidas.
2. Cuida la nutrición infantil
La dieta infantil desempeña un rol importante en el adecuado descanso de los niños. De la misma manera que hay alimentos que obstaculizan el sueño, existen otros que promueven un bien descanso y ayuda a los niños a conciliar antes el sueño. Por ejemplo, los alimentos ricos en triptófano como los plátanos, el huevo o la leche son excelentes aliados ya que ayudan a inducir el sueño. Asimismo, alimentos como la avena, las cerezas o los tomates son ricos en melatonina, una hormona que desempeña un papel fundamental en la inducción del sueño. Sin embargo, también es importante mantener una ingesta regular de otros nutrientes que pueden afectar los niveles de energía infantil, como el hierro, el magnesio o la vitamina D.
3. Crea un entorno relajado que fomente el sueño
Otro excelente truco para ayudar a los niños a descansar bien consiste en fomentar un entorno relajado antes de ir a la cama. Al menos dos horas antes de dormir, es importante que los niños ya no estén en contacto con ninguna pantalla pues, de lo contrario, podría afectar la segregación de melatonina y retrasar la conciliación del sueño. Por el mismo motivo, debes asegurarte de que los pequeños hacen la digestión antes de ir a la cama. Y, de ser posible, debes crear un entorno relajante y tranquilo antes de dormir con una luz tenue y sin ruidos de fondo que puedan alterar al pequeño. En este ambiente, puedes aprovechar para leerles un cuento infantil o cantarles una canción que les ayude a conciliar el sueño.
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