Síndrome de Peter Pan: Adultos que no quieren crecer

Síntomas y causas del Síndrome de Peter Pan y cómo prevenirlo desde la infancia
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La resistencia a hacerse adulto o a quedarse en la etapa infantil en ocasiones puede considerarse patológico y puede precisar tratamiento. - Getty Images

El Síndrome de Peter Pan, también conocido como resistencia a crecer, es un trastorno bastante común. Fue descrito por Dan Kiley en 1983, y desde entonces su incidencia ha aumentado considerablemente. Básicamente, se trata de un trastorno en el que la persona es incapaz de asumir la responsabilidad por sus actos y no toma las riendas de su vida. Suelen ser personas con una marcada inmadurez emocional, que se niegan a crecer debido a que sienten una gran inseguridad y miedo al compromiso o temen no ser aceptados por los demás.

Son eternos niños que se desentienden de su rol profesional, de pareja o de padres porque no son capaces de independizarse y llevar una vida autónoma. Estas personas se sienten satisfechas viviendo aventuras pero son incapaces de echar raíces y comprometerse. Por tanto, necesitan de alguien que satisfaga sus necesidades y les haga sentir seguros, por lo general, suelen ser los padres pero también pueden ser los hermanos mayores o incluso la pareja.

¿Cómo identificar a una persona que sufre el Síndrome de Peter Pan?

  • Continúan comportándose como si todavía fueran niños pequeños.
  • Sienten la necesidad de ser el centro de atención en todo momento.
  • Consideran el compromiso como un obstáculo para su libertad.
  • Tienen miedo a la soledad y hacen todo lo que esté a su alcance por no permanecer solos.
  • Viven centrados en sí mismos y en sus preocupaciones, sin interesarse mucho por los demás.
  • No toleran la frustración y, si no reciben lo que esperan, se enfadan con facilidad.
  • Se escudan en las mentiras y excusas para disimular su falta de madurez psicológica.
  • No son capaces de ofrecer o hacer algo por los demás ya que se centran en recibir, pedir y criticar.
  • Sienten una constante insatisfacción por lo que tienen en su vida, pero no se esfuerzan por conseguir más.
  • No se responsabilizan por sus actos y culpan a los demás de sus propias acciones.
  • Poseen una baja autoestima.

Las causas del Síndrome de Peter Pan

El Síndrome de Peter Pan es un trastorno que está determinado por varios factores, como los rasgos de personalidad dependientes, un estilo de afrontamiento inadecuado, patrones educativos sobreprotectores o una carencia afectiva. No obstante, uno de los aspectos que mayor peso tiene en el desarrollo de estas características es la infancia. De hecho, muchas de estas personas idealizan su infancia o han vivido una niñez infeliz y carente de afecto. Y es que las personas afectadas por este síndrome intentan inmortalizar su vida infantil y se rehúsan a pasar página y continuar hacia adelante, se mantienen estancados en ese momento de su vida.

¿Cómo prevenir el Síndrome de Peter Pan desde la infancia?

Dale responsabilidades al niño

Muchos padres evitan darle responsabilidades a sus hijos pensando que así su vida será más sencilla. Tienen razón, la vida sin responsabilidades es más fácil, pero también conlleva numerosos riesgos, sobre todo cuando ese niño se convierte en un adulto. Por eso, los pequeños deben aprender a asumir responsabilidades acordes a su edad. De esta manera aprenden a aceptar su rol en la familia, el colegio y la sociedad y se van comprometiendo con sus propias metas y proyectos.

Permite que tome sus propias decisiones

Los niños no cuentan con muchas estrategias para tomar buenas decisiones ya que apenas conocen el mundo. Además, en muchos casos no son capaces de prever las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, la única forma de aprender a tomar decisiones, es tomándolas y equivocándose. Los padres deben darle a sus hijos la oportunidad de decidir, y deben mostrarles las consecuencias de sus actos. Solo así se convertirán en adultos seguros de sí, capaces de tomar las riendas de su propia vida.

Edúcale en la tolerancia y la aceptación

A todos nos resulta difícil lidiar con la frustración, a los niños aún más. Sin embargo, es importante que desde que son muy pequeños aprendan a lidiar con el fracaso, que desarrollen una mayor tolerancia ante las dificultades que deben enfrentar en su vida cotidiana. También deben aprender a aceptarse y quererse como son. Solo de esta manera crecerán siendo personas autónomas, que no crean lazos enfermizos de dependencia con quienes los rodean.

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