Cómo ayudar a los niños a potenciar su mentalidad de crecimiento

La mentalidad de crecimiento es la que nos ayuda a crecer. Para poder ver el vaso medio lleno en las cosas que realizamos cada día, primero debemos entender qué es la mentalidad de crecimiento para saber que siempre será mejor que la mentalidad fija -que no nos lleva a ningún sitio y que incluso, nos hará sentir mal con nosotros mismos-. A continuación, quiero explicarte cómo siendo el adulto de referencia de tus hijos, puedes ayudarles a potenciar su mentalidad de crecimiento.

Presta atención a los esfuerzos sobre los resultados

Una meta que se ha ganado con mucho trabajo, siempre debe ser recompensada antes que algo que se consigue sin esfuerzo. Por ejemplo puedes motivarle con frases del tipo: ‘Estudiarse mucho para éste examen y tus notas lo demuestran, ¡felicidades!’ O quizá: ‘Era una tarea difícil pero no te rendiste. Seguiste tu camino y después de trabajar duro, lo hiciste. Me encantó la forma en la que seguías intentando cosas diferentes hasta encontrar algo que funcionara. Así se hace’.

Potencia la persistencia

Cada vez que se quiere conseguir algo, es necesario trabajar duro para lograr el objetivo, es decir, es necesario ser persistente. Esto no significa que debas elogiar a tu hijo cada vez que haga algo, pero significará mucho para ellos si le haces saber que lo notas. Las palabras serán tu mejor aliado: ‘Estás trabajando mucho, muy bien’.

Sé específico/a con los elogios

Cuando quieras elogiar a tu hijo, es necesario que seas específico/a. En lugar de decirle algo general como por ejemplo: ‘Eres muy inteligente’, puedes decir cosas como: ‘Fue muy inteligente experimentar de formas diferentes hasta que resolviste el problema, ¡buen trabajo!’.

De esta manera sabrá exactamente por qué le estás elogiando y que tus palabras realmente tienen un significado para él/ella.

Fomentar una actitud sana al fracaso y al desafío

Es necesario hablar con los hijos sobre el fracaso y los desafíos en términos de los cuales son una oportunidad para aprender y crecer. Puedes utilizar la palabra ‘todavía’ para hacer referencia que con práctica y persistencia llegarán los buenos resultados. Cuando tu hijo te diga palabras como: ‘no sé cómo hacerlo’, puedes animarle a reemplazarlo por un: ‘no sé cómo hacerlo todavía’. De esta manera, si les animas a seguir haciendo lo que están haciendo, pronto aprenderán a hacer las cosas por sí mismos… el diálogo interior es el más poderoso.

El camino no es en línea recta

Los tropiezos son parte del camino y sólo una parte del aprendizaje. El aprendizaje requiere tiempo y nunca será en camino recto. Los caminos son torcidos, interesantes y llenos de grandes oportunidades. Un camino nos enseñará las cosas que hacemos bien, pero también las que hacemos mal y debemos mejorar y aprender de ellas.

El éxito no siempre significa estar bien

Los niños no aprenden lo que les dicen, aprenden lo que ven. Cuando tengan algún problema tendrás que hablar con ellos y decirles que las cosas se aprenden sobre todo cuando no van cómo esperábamos. Si las cosas toman un giro inesperado, se deberán ver las cosas interesantes porque estamos en un camino diferente que nos enseñará muchas cosas. El fracaso es parte del aprendizaje y no tiene nada que ver con ser más inteligente o más capaz. Es una oportunidad para aprender.

Cuando las cosas se hacen bien sin esfuerzo

Para un estudiante que hace las cosas bien sin esfuerzo, es importante ponerles metas que les hagan sentir el desafío y el bienestar de conseguir algo nuevo. El esfuerzo debe trabajarse desde la infancia, de ése modo se darán cuenta de lo importante que es en la vida.

Cuando ponen esfuerzo pero no lo hacen bien

Si tu hijo ha trabajado duro pero no han conseguido lo que querían, olvida los resultados y ten en cuenta el esfuerzo que ha hecho. Así podrás fomentar su confianza, la resistencia y la motivación para seguir aprendiendo y trabajando duro. Le puedes decir algo como: ‘Me ha gustado mucho el esfuerzo que estás poniendo. Vamos a ver cómo lo mejoramos para la próxima vez’.

Permite que falle

Enseña a tu hijo a coger la ansiedad del aprendizaje y cambiarlo por amor. Da a tus hijos el permiso de equivocarse, esto le ayudará a ampliar su disposición para tomar riesgos y para experimentar para hacer las cosas de otra manera. Estarás ayudándole a ampliar su creatividad, su resolución de problemas y la voluntad de asumir nuevos desafíos.