3 cosas extrañas (pero normales) que hacen los niños de 3 años
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Cuando los niños llegan a los 3 años, parecen mini adolescentes que quieren tener siempre la razón pero al mismo tiempo tienen una mirada tan dulce que te ablanda el corazón en cualquier situación. No podemos perder de vista que hay cosas extrañas pero normales en los niños de 3 años, ¡y que tienes que conocerlas!
Quieren mostrar que son capaces pero al mismo tiempo siguen siendo grandes dependientes de los adultos de referencia, ¡y esto es normal y está bien! También pueden tener comportamientos algo desconcertantes pero que son absolutamente normales.
Comportamientos raros pero normales en pequeño de 3 años
Si tu hijo muestra alguno de estos comportamientos, no te preocupes porque no es ni para enfadarse ni tampoco para echarse las manos a la cabeza. Son niños que están aprendiendo, experimentando y que necesitan tu guía y todo tu amor incondicional para seguir aprendiendo sobre su entorno inmediato.
1. Buscan tesoros en la nariz
Sí, se meten los dedos en la nariz, se sacan mocos y a veces se los comen o acaban haciéndose sangre de tanto hurgar. Este es un comportamiento normal. Puede ser porque les pica, por curiosidad o simplemente porque les parecen sabrosos.
Si tu pequeño de tres años se mete mucho los dedos en la nariz y se saca los mocos tantas veces que ya comienzas a preocuparte… simplemente cuando lo haga hazle una señal para que deje de hacerlo. Seguramente se mete el dedo en la nariz por inercia y ni se dé cuenta de que lo hace.
2. Menudas rabietas tienen…
A los dos años tienen rabietas sí, pero es que a los tres años son aún más potentes e intensas. Les da igual dónde hacerlas o quién les mira. Si tienen una emoción intensa tienen que descargarla para hacerse notar y que te des cuenta de una vez del disgusto que siente.
Aún no sabe calmar esas emociones tan intensas y por eso, cualquier motivo de frustración puede ser todo un Apocalipsis emocional. Es normal y no tienes que enfadarte y ni mucho menos castigarle… ¡no te están desafiando! ¡Solo muestran cómo se sienten!
Ante estas situaciones lo mejor que puedes hacer es “estar”. No te apartes pero dale suficiente espacio para que tu hijo pueda expresar sus emociones pero sin sentirse abandonado emocionalmente. Hazle ver que cuando se calme escucharás lo que le ocurre y buscaréis una solución. Valida sus emociones, entiéndele… tienes que mostrar una actitud calmada y firme, y por supuesto, nunca reforzar negativamente la conducta para evitar que se produzca más veces en el futuro.
3. Amigos imaginarios
Quizá alguna vez has sentido escalofríos recorrer tu nuca cuando has visto a tu pequeño tesoro hablando con la pared o prestando lápices de colores a “alguien” para que pinte con él. Quizá también le hayas visto mantener toda una conversación con un ser al que tú no puedes ver.
Es frecuente que los niños a esta edad tengan amigos imaginarios y no debes asustarte, y tampoco impedir que lo tenga. No te enfades cuando hable solo y permite que su imaginación continúe disfrutando de esa jugosa conversación sobre los colores para pintar.
Normalmente ocurre cuando los pequeños ven a otros niños que tienen amigos imaginarios o simplemente porque quieren tener un “amigo” especial en su salón de juegos. También es normal en niños que parecen más maduros, sociables, intuitivos, imaginativos, sensibles y creativos.
Cuando un niño tiene un amigo imaginario, puede ser que esté bastante más adelantado intelectualmente que los niños de su edad.
Cuando veas a tu hijo que habla con ese “amigo especial”, no te burles. Intenta reflexionar sobre qué es lo que le aporta ese “amigo” a tu hijo cada vez que “juega” con él. Es posible que tu hijo se sienta solo y necesite que pases más tiempo jugando a su lado o simplemente está practicando sus habilidades sociales o quizá, es su forma de expresar preocupaciones contenidas.
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