El uso excesivo de las pantallas durante el primer año de vida puede retrasar el desarrollo infantil
La exposición temprana a las pantallas: un riesgo latente para el desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños.
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En los últimos años, las pantallas se han convertido en un recurso útil para mantener entretenidos a los más pequeños de casa. La mayoría de los padres recurren a los programas o juegos interactivos infantiles para que los peques se distraigan mientras ellos adelantan las tareas de casa o durante los viajes en coche o avión. Las pantallas han ocupado el espacio que antes llenaban los paseos al parque, los juegos con los amigos, las horas de lectura y el tiempo en familia. Y, lo hacen a una edad cada vez más temprana. De hecho, existe contenido infantil dirigido a los niños a partir de 3 meses que muchos padres utilizan para estimular el desarrollo de sus hijos y entretenerlos cuando están inquietos y lloran.
Las pantallas se han convertido en un recurso práctico y relativamente económico que ayuda a los padres en la crianza de los hijos, cubriendo el tiempo y espacio que no pueden llenar. Sin embargo, lo que se está pasando por alto es que exponer a los niños a las pantallas, sobre todo desde una edad muy temprana, puede afectar el adecuado desarrollo de sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Así lo ha corroborado un estudio reciente publicado en la revista científica JAMA Pediatrics.
Un estudio demuestra que la exposición a las pantallas retrasa el desarrollo de los niños
El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tohoku en Japón tenía como objetivo analizar el efecto de las pantallas en el desarrollo infantil. Para ello se basaron en los datos de 7.097 niños a quienes les dieron seguimiento desde el nacimiento hasta los 4 años. Recopilaron informes de las familias sobre el tiempo que pasaban los niños frente a las pantallas, así como otros detalles interesantes como la edad materna, los ingresos familiares, si se trataba del primer niño, si vivían otros familiares en casa o si la madre experimentaba algún tipo de alteración psicológica.
Con estos datos en la mano los expertos se centraron en analizar las principales áreas del desarrollo infantil, desde la comunicación, las habilidades motoras finas y gruesas y la capacidad de resolución de problemas hasta las competencias sociales de los niños a los 2 y 4 años de edad. Los resultados mostraron que a medida que los niños pasaban más tiempo frente a las pantallas aumentaba la probabilidad de presentar retrasos en el desarrollo, sobre todo en lo relacionado con la resolución de problemas y las habilidades comunicativas.
Y cuanto más temprana era la exposición a las pantallas, más acuciados eran los retrasos en el desarrollo. Por ejemplo, los investigadores encontraron que los niños de 1 año que pasaban dos horas diarias frente a las pantallas tenían un 61% más de probabilidades de tener un retraso en el desarrollo de las habilidades comunicativas entre los 2 y 4 años en comparación con los que pasaban menos de 1 hora al día delante de las pantallas. También constataron retrasos relacionados con las habilidades motoras finas y gruesas, así como con las competencias sociales.
Lo preocupante es que el riesgo se disparaba a medida que más tiempo pasaban los niños frente a las pantallas. Los pequeños que estaban delante de una pantalla cuatro horas o más al día tenían un riesgo casi cinco veces mayor. Esto independientemente del contenido que los niños consumiesen en las pantallas. Además, fue interesante que la mayoría de los niños que más tiempo pasaban frente a las pantallas eran hijos de madres primerizas jóvenes con niveles educativos y económicos bajos y que, en muchos casos, sufrían depresión postparto.
Sin embargo, no es el único estudio relacionado que relaciona el uso de las pantallas con retrasos o problemas en el desarrollo infantil. Ya en 2019, la OMS recomendó no exponer a las pantallas a los bebés de menos de 1 año y reducir a no más de 1 hora al día el tiempo de pantallas de los niños de entre 2 y 5 años.
Otros peligros de las pantallas para los niños
Para muchas familias las pantallas han asumido el rol de cuidador o niñera entreteniendo a los niños mientras los padres están inmersos en otras tareas. Sin embargo, aunque se trata de un recurso accesible y relativamente económico para la mayoría de las familias que les permite mantener controlados a los peques, en realidad su impacto en el desarrollo infantil puede tener serias consecuencias. Más allá de los resultados de estos estudios, se conoce que exponer a los niños a las pantallas desde una edad temprana puede aumentar el riesgo de sobrepeso y obesidad, así como causar alteraciones en el ritmo circadiano, impidiendo que tengan un buen descanso nocturno.
Sin embargo, no son sus únicos riesgos. También se ha visto que el uso de las pantallas, sobre todo cuando se trata de contenido no educativo o adaptado a la edad evolutiva:
- Afecta la capacidad de concentración infantil.
- Provoca retrasos en el desarrollo del lenguaje.
- Puede causar problemas de conducta.
- Aumenta la reactividad emocional y conductual.
- Deja menos tiempo para el aprendizaje.
- Afecta la capacidad reflexiva.
- Fomenta la inmediatez y la frustración infantil.
Más juego e interacción y menos pantallas
Las pantallas “solo” llevan con nosotros unas dos décadas, muy poco tiempo para conocer realmente el impacto que pueden tener en el desarrollo infantil. Sin embargo, lo cierto es que ya puede avistarse que no deben convertirse en un sustituto en el cuidado de los niños, de la compañía que necesitan o el tiempo de calidad en familia. Los niños, sobre todo cuando son pequeños, necesitan pasar tiempo con las personas de su entorno, interactuar con otros niños de su edad, jugar mucho y estar en contacto con la naturaleza al aire libre.
El juego y la interacción social son críticas para el desarrollo del cerebro infantil, así como para el desarrollo de sus habilidades cognitivas, sociales y comunicativas. Es a través de la interacción con las personas que los niños aprenden a hablar, descubren el lenguaje no verbal y la expresión emocional. La exposición a las pantallas limita a los niños esta interacción, así como la posibilidad de descubrir por sí solos su entorno y dar rienda suelta a su creatividad. Por tanto, si en realidad quieres estimular el desarrollo de tus hijos, dales más juego e interacción y menos pantallas.
- Takahashi, I., et al. (2023). Screen Time at Age 1 Year and Communication and Problem-Solvng Developmental Delay at 2 and 4 Years. JAMA Pediatrics. https://doi.org/10.1001/jamapediatrics.2023.3057
- Tower, R. (2023). Bebés, pantallas y retrasos en el desarrollo. Psychology Today. Recuperado de https://www.psychologytoday.com/es/blog/bebes-pantallas-y-retrasos-en-el-desarrollo
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