Familia

Me gustaría vivir eternamente por ti

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Me gustaría vivir eternamente por ti
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Una mujer cuando se convierte en madre su máxima prioridad es el bienestar de sus hijos. Ellos se convierten en su corazón durante toda la vida. Vive por ellos, respira por ellos. Aunque una mujer y madre sepa que tiene que cuidarse física y emocionalmente, sus hijos siempre irán primero. Es la naturaleza la que permite que esto ocurra y no se puede evitar.

Un miedo enorme que tiene cualquier madre es que le pase algo a ella que pueda perjudicar la vida de sus hijos. Una enfermedad, un problema físico o emocional, o incluso, puede temer por su vida porque en realidad quiere vivir eternamente por y para sus hijos. Sabe que ella es su consuelo, su confort, el hogar de cada uno de sus hijos desde que les llevó en el vientre materno.

Por y para ellos

El miedo a la muerte es natural en cualquier ser humano, no se sabe lo que ocurrirá después y aunque existan creencias religiosas que apacigüen un poco este miedo, en realidad nadie quiere marcharse de este mundo. Una madre, menos aún. Una madre no puede imaginarse que algún día en su vida se marchará para siempre y no podrá estar al lado de sus hijos. Este miedo es terrible.

Pero es ley de vida. La naturaleza es así, y una madre sabe que algún día no estará con sus hijos. El dolor solo de pensarlo es terrible. Pero más terrible es cuando el destino no es justo y a una madre le hace sufrir el dolor más grande e insuperable; la muerte de alguno de sus hijos. Este dolor le acompañará toda la vida y jamás se curará. El dolor es tan profundo que duele hasta el aire que se respira, porque es un aire que su hijo/a ya no puede tener para seguir viviendo. No es natural que una madre o un padre tenga que sobrevivir a sus hijos.

amor madre

Por eso, aunque una madre sabe que no es eterna, tiene toda la vida para luchar por y para sus hijos. Para convertirles en personas de éxito, para que cuando ella no esté sepan cómo interactuar en este mundo, que sepan que ellos, son lo más importante y que aunque ella no esté, siempre estará al lado de sus hijos, aunque sea en su corazón.

No existe consuelo

En realidad no existe consuelo ante este pensamiento. Es un pensamiento intrusivo y paralizante que no permite que una madre actúe bien, porque vivirá con miedo y con miedo no se puede vivir. En este sentido, es necesario que una mujer y madre, viva el presente y le demuestre a sus hijos cada día que les ama, que son lo más importante para ella.

Nunca te alejes de tus hijos sin decirles que les quieres, no permitas que el orgullo acabe con una relación que está vinculada desde el vientre materno. Esto será lo que realmente importa en la relación con tus hijos; la confianza, la comunicación, el amor incondicional, el respeto y saber que vuestro vínculo es lo más importante que existe. No merece la pena ese sufrimiento, porque la vida está hecha para disfrutarla, para acompañar a los hijos hasta que se tenga el último aliento.

No, no existe consuelo ante estos pensamientos pero es necesario tener presente que son pensamientos negativos que no sirven para una buena crianza. La vida es maravillosa y los hijos son lo que realmente nos dan la fuerza a cualquier madre para luchar, para vivir y para disfrutar de lo verdaderamente importante en nuestro camino: la felicidad. Porque una madre nunca muere, una madre siempre estará al lado de sus hijos, esté en este mundo o no. Un hijo nunca se quedará huérfano, porque antes o después en su vida, se quedará con el legado de su madre: el amor que le brindó le ha hecho ser la persona que es en su presente.

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