Así son los niños con una autoestima sana
Cultivando raíces fuertes para una autoestima infantil saludable desde el primer paso
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Uno de los mejores regalos que puedes hacerles a tus hijos es fomentar su autoestima desde que son pequeños. Educar a niños con una autoestima a prueba de balas no solo hará que sean más felices, sino que los preparará para afrontar la vida cuando no estés para tomar su mano. Y cuanto antes comiences, mejor. Contrario a lo que creen muchos padres, la autoestima infantil comienza a construirse desde los primeros años de vida en base a las relaciones que los niños establecen con sus padres, profesores y coetáneos.
De esta manera, si los niños aprenden desde pequeños a sentirse seguros, confían en sus capacidades y crean una imagen positiva de sí mismos es muy probable que desarrollen una alta autoestima que los acompañe durante toda la vida. Y un niño con una autoestima sana, será un niño seguro de sí mismo y capaz de enfrentarse a los desafíos y obstáculos que se le presenten en la vida. ¿Cómo saber si tu hijo tiene una alta autoestima? Existen algunas señales y comportamientos que comparten los niños con una buena autoestima y que pueden ayudarte a identificar si tu pequeño tiene una autoestima fuerte y sana.
7 comportamientos de un niño con una buena autoestima
La autoestima infantil, entendida como los sentimientos que el niño se profesa y la imagen que tiene de sí mismo y su autoeficacia, es un constructo intangible y subjetivo que no puede evaluarse siguiendo una métrica, por lo que a veces puede ser difícil de descubrir. A pesar de ello, existen algunos comportamientos que comparten los niños con una alta autoestima y que son fáciles de identificar.
1. Muestran una gran confianza en sí mismos
Los niños que tienen una alta autoestima tienen una gran confianza en sí mismos y esto puede notarse a simple vista. Son pequeños que confían en sus capacidades, que no suelen dudar sobre lo que pueden o no hacer y que toman decisiones con bastante facilidad. Son niños seguros que saben lo que quieren y se lanzan a por ello poniendo todo su empeño. Y no se desmotivan con facilidad. Si alguien intenta desanimarlos o les dice que no serán capaces, más lo intentarán. Los niños con una autoestima sana no se dejan influenciar con facilidad porque confían en ellos mismos.
2. Saben aceptar cuando se equivocan
Otro de los comportamientos que distinguen a los niños con una autoestima sana es su capacidad para aceptar sus errores y seguir adelante. Estos pequeños son conscientes de que equivocarse es normal y que forma parte del aprendizaje, de manera que cuando cometen un error evitan castigarse por ello y, en su lugar, intentan aprender de la experiencia para no repetir esa equivocación en el futuro. Los niños con una autoestima alta no tiran la toalla cuando erran, ni se ocultan detrás de sus padres u amigos para evadir su responsabilidad. Asumen sus equivocaciones y buscan soluciones para enmendar sus errores.
3. Son niños independientes
Los niños con una alta autoestima son independientes y autónomos ya que confían en sus capacidades y en su juicio para tomar decisiones, a la vez que no temen equivocarse porque saben que forma parte del aprendizaje. Esto los anima a arriesgarse, probar cosas nuevas y asumir responsabilidades por su cuenta. Son niños a los que les gusta trazar su propio camino y que no necesitan la aprobación de los demás para atreverse a vivir nuevas experiencias. Respetan la autoridad de sus padres, pero son capaces de tomar sus propias decisiones con determinación.
4. Tienen una actitud positiva, incluso ante los obstáculos
Otra de las cualidades que distinguen a los niños con una autoestima sana es su actitud positiva ante la vida. Estos pequeños suelen ver el mundo con optimismo y saben apreciar las oportunidades. Obviamente, no es que pasen por alto los obstáculos o problemas del día a día, sino que saben valorar los detalles positivos y los aprendizajes que pueden sacar de cada experiencia, de manera que no se dejan abatir con tanta facilidad. Los niños con una autoestima alta son conscientes de que en la vida no todo es sencillo, pero encuentran la manera de disfrutar de las cosas bellas, a pesar de todo.
5. Aceptan a las personas de su entorno de buen grado
Los niños que tienen una autoestima sana se caracterizan por ser abiertos, empáticos y aceptar a las personas tal como son. Son niños cariñosos y amables que se relacionan con todos los que los rodean, libres de prejuicios y estereotipos. Son conscientes de que pueden aprender de cualquier persona y se abren a conocer y relacionarse con facilidad. No suelen tener juicios negativos de antemano, lo cual les permite establecer vínculos más constructivos y desarrolladores desde que son pequeños.
6. Se expresan con seguridad
Otro de los comportamientos comunes entre los niños con una buena autoestima es que saben expresar con seguridad sus emociones, necesidades y pensamientos. Igual no cuentan con todas las palabras para transmitir lo que quieren, pero son capaces de manifestar lo que desean y lo que no, sus opiniones y lo que sienten. Y, además, lo hacen de manera respetuosa. Estos niños cuentan con los recursos necesarios para defenderse cuando se les trata injustamente y se muestran asertivos con los puntos de vista diversos a los suyos.
7. Tienen una imagen positiva de sí mismos
Sin duda, otro de los rasgos que definen a los niños con una autoestima sana es que tienen una imagen positiva de sí mismos. Conocen y valoran sus cualidades como personas y saben sacarles provecho, pero también reconocen sus defectos. Son conscientes de que no son perfectos, pero aún así se consideran auténticos y libres para mostrarse al mundo como son en realidad sin vergüenza ni sentido de culpa. Esto hace que no necesiten de la aprobación o el apoyo constante de las personas de su entorno para reconocer sus logros y éxitos, aunque saben apreciar los elogios, así como las críticas.
¿Cómo potenciar una autoestima sana en tus hijos?
Fomentar una autoestima sana en los más pequeños de casa no solo es necesario, sino importante. Crecer con una autoestima adecuada ayudará a los niños a convertirse en personas más independientes, empáticas y con una mayor capacidad de aprendizaje. Les convertirá en personas que saben aprovechar las oportunidades, aprender de sus errores y mantenerse en continuo crecimiento. Pero para conseguirlo, es fundamental que les enseñes a amarse a sí mismos desde una edad temprana. ¿Cómo?
- Céntrate en el esfuerzo, más que en los resultados. Valora el esfuerzo de los pequeños, incluso aunque no hayan terminado con éxito sus tareas.
- Evita condicionar tu amor. Hazle saber que los amas sin condiciones, independientemente de sus logros y cualidades, fracasos o defectos.
- Motívalos a asumir retos. Anima a los niños a que pongan a prueba sus habilidades y dales la libertad suficiente como para que exploren el mundo por su cuenta.
- Permite que cometan sus propios errores. No tomes decisiones por ellos, por el contrario, anímalos a que se atrevan a probar nuevas experiencias, aunque fracasen. De los errores también se aprende.
- Dedícale tiempo de calidad. Enséñale a apreciar las cosas verdaderamente valiosas de la vida y a centrarse en ellas.
- Corrige su comportamiento, no su forma de ser. Evita decir frases que dañen la imagen que tiene de sí mismo y que puedan herirle.
- Y, por supuesto, no olvides que la mejor manera de fomentar su autoestima es con el ejemplo. Por tanto, conviértete también en un modelo a seguir que pueda imitar mientras crece.
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