¿Cómo saber que estás de parto? 5 síntomas inequívocos
Signos que indican que el trabajo de parto ha comenzado: lo que toda madre debe saber
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A medida que la fecha del parto se acerca, tu cuerpo empezará a prepararse para que des a luz. En las últimas semanas, es habitual que el bebé se dé la vuelta y se coloque en posición para el nacimiento mientras que el canal de parto comienza a dilatarse para permitir el paso del pequeño. Los signos que alertan de estos cambios pueden variar de una mujer a otra, pero por lo general la mayoría de las gestantes experimentan las mismas señales que indican que el momento que llevan meses esperando está cada vez más cerca.
Cambios en el cuerpo durante las últimas semanas de embarazo
Durante las últimas semanas del embarazo, el cuerpo de la mujer empieza a prepararse para el momento del parto. En esta etapa es habitual que la madre experimente una mayor sensación de cansancio y fatiga debido a los cambios hormonales y físicos que están teniendo lugar en su organismo. Asimismo, muchas mujeres tienen problemas para conciliar el sueño debido a esos altibajos hormonales y las molestias que ocasiona la barriga.
También es común que aumenten la inflamación de las piernas, los problemas estomacales y las ganas constantes de ir al baño debido a que el bebé comprime aún más la vejiga en su camino hacia el canal de parto. En algunos casos, puede aparecer un dolor de espalda continuo que no está relacionado con el peso del bebé en el vientre sino con el hecho de que el útero esté comprimiendo algún nervio en la zona. En estas semanas, los cambios hormonales también pueden debilitar las articulaciones y provocar un incremento del dolor.
A finales del noveno mes, es usual que la barriga de la madre esté más baja de lo normal debido a que el bebé ha empezado a descender a la pelvis. En esa etapa el cuello del útero también se empieza a dilatar para favorecer el parto y es común que se produzca el desprendimiento del tapón mucoso, una sustancia de aspecto gelatinoso y color oscuro que tiene la función de bloquear la entrada al útero y evitar infecciones. En algunos casos, el desprendimiento puede ser total o de forma parcial y, en ocasiones, puede acompañarse de un poco de sangre debido a la rotura de algunos capilares que irrigan la zona.
En esta fase muchas mujeres experimentan además ligeras contracciones esporádicas, más conocidas como contracciones de Braxton Hicks, que no son más que un signo de que el útero se está preparando para el momento del parto. Por lo general, suelen durar unos 30 segundos, aunque a medida que se acerca el nacimiento aparecen con más frecuencia y aumentan en intensidad.
Señales típicas de que ha empezado el trabajo de parto
El trabajo de parto, esa fase de preparación anterior al nacimiento, se manifiesta de manera diferente en cada mujer e incluso puede variar de un embarazo a otro. En algunos casos el trabajo de parto dura apenas unas horas, pero otras veces puede tardar días. Asimismo, hay gestantes que experimentan señales ligeras que incluso pueden pasar desapercibidas mientras que otras mujeres tienen que lidiar con molestias mucho más intensas y dolorosas. Sin embargo, las fases que atraviesa una embarazada durante el trabajo de parto son similares en todos los casos.
1. Dilatación del cuello uterino
Si bien desde el noveno mes de embarazo el cuello uterino empieza a dilatarse, durante el trabajo de parto lo hace a una mayor velocidad. Aunque la dilatación tiende a variar de una mujer a otra, justo antes del nacimiento, el cuello uterino suele dilatar entre 6 y 10 centímetros, a razón de 1 centímetro por hora. En la mayoría de los casos, las gestantes no suelen percibir la dilatación del cuello uterino, pero en ocasiones puede notarse una especie de “relajación” en los músculos pélvicos.
2. Borramiento del cuello uterino
Durante el trabajo de parto el cuello uterino de la madre empieza a reducir su longitud y a hacerse cada vez más delgado para facilitar el paso del bebé, un fenómeno que se conoce como borramiento. Al inicio del borramiento, el cuello del útero suele tener entre 2 y 3 centímetros de longitud y es bastante grueso mientras que justo antes del parto, prácticamente ha desaparecido. En la mayoría de los casos, el borramiento solo se detecta a través de un examen físico.
3. Contracciones más frecuentes y regulares
Las contracciones del trabajo de parto son diferentes a las que puede experimentar una mujer a lo largo del embarazo. En este caso suelen durar entre 30 y 70 segundos y, a medida que pasa el tiempo, se vuelven más frecuentes y regulares, pudiendo durar hasta 90 segundos. A diferencia de las contracciones que pueden presentarse durante la gestación, las que aparecen durante el trabajo de parto se mantienen independientemente de la posición o la actividad que realice la mujer.
4. Rotura de membrana o romper la fuente
Dentro del vientre materno, el bebé se encuentra rodeado del líquido amniótico que le amortigua y protege. Al inicio del trabajo de parto, las membranas del saco amniótico se rompen y este líquido se escapa. Cuando se rompe la fuente, la gestante puede experimentar un goteo irregular o constante de pequeñas cantidades de un líquido acuoso, ligeramente amarillento, que salen de su vagina. En algunos casos, la ruptura de la fuente es mucho más evidente y sale un chorro de líquido continuo que, a priori, da la sensación de que la embarazada se ha orinado.
5. Encajamiento pélvico del bebé
Durante las últimas semanas del embarazo, la mayoría de bebés se colocan en posición para el nacimiento. A medida que pasan las semanas el encajamiento pélvico del bebé se acentúa hasta que se inicia el trabajo de parto. En este momento la gestante puede percibir el peso de la cabeza del bebé sobre la pelvis, un síntoma inequívoco de que el momento del nacimiento se avecina.
¿Qué hacer tras los primeros síntomas del trabajo de parto?
Cuando empiecen los primeros síntomas del trabajo de parto, es importante que contactes con el ginecólogo y/o comadrona que te ha dado seguimiento durante el embarazo. En muchos casos, sobre todo cuando se trata de una madre primeriza, puede ser una falsa alarma. Sin embargo, ante la duda se recomienda acudir al hospital para que sean los médicos quienes evalúen la situación y comprueben el grado de dilatación que, en última instancia, es uno de los signos más reveladores de que tu bebé está por llegar.
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