Sobrecarga mental de las mamás: cuando es necesario pedir ayuda
¡Mamá siempre lo hace todo!: consecuencias en la salud mental de la mamá cuando debe ser “Superwoman”.
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La llegada de un pequeño a la familia siempre es motivo de gran alegría, pero también de mucho trabajo. Por ello, es necesario organizarse desde el primer día. De lo contrario, a medida que nuestro hijo vaya creciendo y sus necesidades nos absorban más tiempo, podemos acabar con una sobrecarga mental que nos lleve al desgaste, además de a problemas en el trabajo y con la pareja.
Rol del papá y otros familiares
Desde siempre, las mamás somos las que acabamos asumiendo la mayoría de las tareas del hogar y del cuidado de nuestros hijos. Sí, es algo que llevamos, como se dice, en el ADN, y que viene de generaciones y generaciones. Nos han educado, a la gran mayoría, para ser las encargadas de llevar la casa, criar a los pequeños y, en definitiva, de preocuparnos por todo lo que rodea a la familia. Sin embargo, nuestra realidad es muy diferente de la realidad social de nuestros antepasados, incluso de nuestros padres.
En su momento, eran muchas las mujeres que podían quedarse en casa sin trabajar y cuya única tarea era el cuidado del hogar. Además, en muchísimas ocasiones se convivía con los abuelos, grandes aliados a la hora de ayudarnos en las tareas domésticas y en la educación de nuestros hijos. Sin embargo, no podemos negar que nuestra realidad dista mucho de esta: ahora, debemos trabajar y organizarnos, y hacerlo, a menudo, sólo con la pareja. Así, no resulta extraño que las mujeres acaben acaparando la gran mayoría de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos, lo que se traduce en sobrecarga mental y está, a su vez, en depresiones, ansiedad y otros cuadros psicológicos.
Cuando pedir ayuda: disfrutar de tus hijos no debería ser negociable
Para evitar esta situación, resulta fundamental pedir ayuda cuando sea necesario, ya sea a nuestra pareja o familiares cercanos. Es importante destacar que, pese a que la mayoría de los hombres ya ayudan mucho en casa, hay ocasiones en las que su papel es secundario. Para cambiar esta organización, es necesario establecer nuevas rutinas de modo que el papel de la pareja sea equitativo y ambos puedan disfrutar de los hijos por igual. En función de las obligaciones laborales de ambos, la familia debe organizarse y muchos padres estarían encantados de tener un papel más activo si las mamás se lo pidiéramos.
Además, dejar a los niños con los abuelos o tíos no es algo que nos deba costar: los pequeños aportan vitalidad a los abuelos y estos están más que contentos de poder pasar tiempo con sus nietos. ¿Y con los tíos? Los tíos y las tías son aquellos hermanos mayores con los que los niños se divierten a la vez que aprenden.
Contar con la ayuda de los familiares más cercanos es esencial si queremos evitar las consecuencias de la sobrecarga mental: ser una Superwoman, no nos hará disfrutar más de nuestra pareja y, mucho menos, de nuestros hijos.
¿Cómo dejar de ser la Superwoman?
Cada familia es un mundo, por lo que la organización debe llevarse a cabo de acuerdo con las necesidades de cada miembro, sus horarios, etc. Sin embargo, hay pequeñas rutinas que nos pueden ayudar:
- Hacer horarios con las tareas.
- Asignar “responsables” para cada tarea.
- Marcar el tiempo libre que se quiera pasar con los hijos y respetarlo ante todo: una agenda es un gran aliado.
- No obsesionarse con lo que no se pueda “hacer hoy”: establecer prioridades.
- Ser sinceros sobre las necesidades personales.
- Buscar soluciones en familia.
- Establecer una buena comunicación sobre todo con la pareja: bidireccional y con escucha activa por ambas partes.
- Tomar decisiones conjuntas: no es necesario que una parte las tome por todos los miembros de la familia.
- Dar pequeñas responsabilidades a los niños.
Con estas pequeñas tácticas, seguro que vamos a encontrar la manera de quitarnos un poco de peso de encima, lo que nos liberará espacio para lo que es realmente importante: pasar tiempo con los hijos.
Familias monoparentales: superación y modelo
Pese a que las familias compuestas por dos miembros siguen siendo las predominantes, no podemos olvidarnos de las familias monoparentales. En estos casos, toda la responsabilidad sí suele caer en una sola persona y, por ello, son personas dignas de admirar, modelos de valor y fortaleza. Sin embargo, buscar ayuda también resulta esencial en estos casos, sino más.
Los abuelos, amigos o tíos son los mejores aliados en este caso. Además, no debemos dudar a la hora de hacer uso de todas las ayudas sociales, aunque mínimas, que tenemos a nuestra disposición. Y, sobre todo, buscar momentos de calidad en los que podamos disfrutar de los hijos a la vez que eliminamos ansiedad y presiones: hacer un poco de deporte con ellos, salir a pasear a la naturaleza, llevarlos a jugar con los amigos de modo que nosotros podamos cuidar un poco de nuestra salud mental y física, a la vez que relacionarnos con otras personas, son solo pequeñas ideas que pueden ayudarnos muchísimo.
Las cargas familiares, si no son compartidas, pueden causar daños en la salud mental: la sensación de llegar a todo puede causar ansiedad y depresión, entre otros trastornos; por este motivo, resulta fundamental saber pedir ayuda a los que nos rodean y encontrar tiempo de calidad para pasar con nuestros hijos.
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