Superar los problemas de pareja tras la llegada de un hijo: ¡Sí es posible!
¿Por qué se producen las crisis de pareja tras la llegada de un hijo? ¡Claves para superarla!
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Dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia es algo que nos llena de alegría y de felicidad. No solamente en el momento en el que llegamos a casa con nuestro bebé, sino a lo largo de todo el embarazo y los preparativos para su llegada. Sin embargo, la llegada de un hijo también supone cambios, más o menos profundos, en la pareja, los cuales pueden llevar a situaciones complicadas si no se saben afrontar y superar.
¿Qué factores favorecen las crisis de pareja con la llegada del bebé?
Hacer crecer la familia trae una serie de cambios en la pareja, positivos y negativos. Mientras que todos sabemos disfrutar de los positivos, nos cuesta mucho enfrentar los negativos y es, precisamente, esta omisión la que puede llevarnos a sufrir las temidas crisis de pareja. Hay varios factores que pueden desencadenar estas situaciones:
El bebé es el único centro de atención
No es nuevo que el bebé se acaba convirtiendo en el centro de la familia y donde se pone toda la atención. Evidentemente, esto no es malo, pero no significa que deban perderse de vista los otros miembros de la familia. En este caso, hacemos referencia a la pareja, pero sucede lo mismo cuando hay hermanitos.
En el caso de la pareja, es fácil centrarse y satisfacer únicamente las demandas del recién nacido, dejando de lado las necesidades de los miembros de la pareja. Con ello, solo se prepara el terreno para el distanciamiento, lo que no favorece en el mantenimiento de los vínculos afectivos ni menos, a la larga, en la educación del pequeño.
Más tareas del hogar, menos tiempo
El bebé trae consigo un aumento del trabajo en casa, a la vez que tenemos menos tiempo para dedicar a estas tareas del cuidado del hogar. Por ello, es fácil que, tanto padre como madre, se sientan frustrados al no poder llegar a todo y es este malestar el que se transmite a la otra persona, lo que crea más frustración lejos de aportar soluciones.
Falta de comunicación
La falta de comunicación es otro de los pilares de las crisis de pareja y es que tenemos mucho menos tiempo para dedicar a las conversaciones “profundas” con nuestra pareja. Esta incomunicación hace que la pareja se vaya alejando, a la vez que puede llevar a muchísimas discusiones.
Modelos de crianza distintos
Antes de la llegada del bebé, parece que la pareja se entiende bien. Ambos comparten estilo de vida y tienen las ideas muy claras sobre cómo van a educar a su bebé. Sin embargo, con su llegada, todo cambia.
El torrente de hormonas que nos invade hace que nos replanteemos la manera en la que educar a nuestro hijo: pueden empezar a aparecer sentimientos de culpabilidad, de falta de información, además de las hormonas que nos vuelven sobreprotectores en exceso. Lo que parecía simple de hacer, ahora se vuelve mucho más complicado.
¿Cómo superar, o evitar, los problemas de pareja?
Si la pareja está unida, todos estos problemas se pueden minimizar. Incluso, con una buena planificación, se pueden llegar a evitar.
Organizar bien la familia y sus rutinas
Si hay algo que debemos hacer para acabar con estos problemas es asegurarnos de que ninguna de las partes deba cargar con más peso que la otra. Si la mamá decide dar pecho y se despierta muchas veces por la noche, lo normal es que vaya muy cansada: fundamental que no deba dedicar las energías que le quedan a las tareas del hogar, por ejemplo.
Solicitar y dar apoyo
Tanto la mamá como el papá deben solicitar el apoyo que necesitan, ya sea para superar emociones y sentimientos, ante las tareas del hogar y del cuidado infantil. Nunca es bueno suponer que la otra parte sabe lo que pensamos o que sabe qué es lo que debería hacer en todo momento: exponer las necesidades es vital para que nuestra pareja pueda ayudarnos.
La comunicación: abierta y sincera
La comunicación en la pareja es crucial si se quieren evitar los problemas dentro de la pareja y, por ende, un alejamiento. Así, se debe evitar echar siempre las culpas a la otra persona o bien hacer notar que su dedicación no es la misma. Todo lo que sea culpabilizar debe quedar descartado. Por el contrario, es necesario que ambas partes participen activamente en las conversaciones y sepan escuchar al otro.
Buscar tiempo para disfrutar de la pareja
El tiempo que teníamos para compartir con la pareja se verá muy reducido con la llegada del bebé. Sin embargo, es vital reservar tiempo para la otra persona y, al ser este reducido, debemos hacer que sea de calidad. Durante los primeros días o meses del bebé resulta complicado dejarlo al cuidado de otras personas. Sin embargo, siempre podemos contar con el apoyo familiar para conseguir tiempo con nuestra pareja, aunque sean solo un par de horas.
Cuidar el tiempo de dedicación personal
Por último, también es muy importante que cada miembro de la pareja pueda seguir disfrutando de tiempo y espacio personal. En estos momentos, es cuando nos reiniciamos y nos encontramos con nosotros mismos. Y es tan importante para el padre como para la madre. Mantener el contacto con nuestros amigos y familiares, poder dedicar algo de tiempo al deporte y a nuestras aficiones nos hará sentir mejor y estaremos recuperando energías para dedicarlas a lo más valioso que tenemos: nuestro bebé, nuestra pareja, nuestra familia. Así, una vez más, la organización familiar es fundamental.
Los problemas y las crisis de pareja tras la llegada de un hijo son de lo más frecuentes y no hay pareja que no se haya encontrado, en mayor o menor grado, con ellos. La diferencia entre los que los superan y los que no radica en la organización familiar, el buen entendimiento y, sobre todo, en la complicidad entre padre y madre. Seremos padres, pero también personas y, por ende, se necesita una relación amorosa estable y bidireccional en la que ambos miembros se sientan admirados, queridos y respetados por igual.
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