Educa con cariño y recordarán su infancia con mucho amor
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Cuando estamos inmersos en la crianza de nuestros hijos a veces se nos olvida la importancia que tiene el cariño en todo lo que hacemos y/o decimos. Los niños necesitan grandes dosis de paciencia y respeto para atender tanto sus necesidades físicas, como mentales y emocionales. La crianza no es una dictadura, es un acompañamiento cogidos de la mano.
En la actualidad aún son muchas las familias que se rigen por una crianza conductista donde el refuerzo negativo y los castigos están a la orden del día. Hay padres que se olvidan de que los hijos nos pueden enseñar grandes cosas y piensan que los pequeños no saben nada de la vida, cuando la realidad es que ellos pueden ser grandes maestros.
En la crianza la realidad es que nuestros hijos son nuestros grandes maestros de la vida, ellos nos hacen darnos cuenta de que la vida se puede ver desde diferentes perspectivas. La maternidad y la paternidad se ejerce con cariño, curiosidad y sobre todo respeto. De esta manera, cuando los niños crezcan y sean adultos tendrán equilibrio emocional y recuerdos llenos de amor que al evocarlos en su memoria, les llenarán de bienestar.
Educar con cariño para que los niños aprendan a través del amor es la base del éxito en la crianza. La ternura, el afecto, el respeto y el amor son las bases fundamentales para que los niños crezcan sanos y felices.
Educar con cariño e Inteligencia Emocional
En la crianza es fundamental promover valores y refuerzos positivos, priorizando la cooperación, la colaboración y la validación. Los niños necesitan sentir a sus padres cerca afectivamente, necesitan sentirse comprendidos todo el tiempo, saber que sus padres estarán a su lado, pase lo que pase.
Los niños vienen al mundo sin manual de instrucciones, y aunque la personalidad y la genética juegan un papel importante en su desarrollo, el entorno y el cariño que reciben de sus cuidadores principales resulta crucial para que crezcan equilibrados emocionalmente.
Para poder educar con éxito a través de la educación emocional, primero debemos entender nuestras propias emociones, saber gestionarlas y buscar soluciones siempre que sea necesario. De esta manera, nos convertiremos en una buena guía emocional para nuestros pequeños, que necesitarán de nosotros para comprender su complicado mundo interior en desarrollo.
Los niños son seres emocionales puros, llenos de sueños, de magia, de emociones intensas y de una gran curiosidad por aprender cosas nuevas. Como padres, tenemos la obligación de conocer su mundo interior y guiarles para que sean capaces de desarrollar al máximo sus habilidades y capacidades, pero siempre, respetando sus intereses y sus propios ritmos.
¿Cómo puedes llevarlo a cabo?
Educar con cariño consiste en trabajar tu paciencia y no tener prisa por nada. No tengas prisa para que aprenda, respeta su ritmo. Dedica tiempo en conocer sus necesidades y qué es lo que te está diciendo en la gran mayoría de ocasiones sin pronunciar palabra.
Haz uso de la disciplina positiva, el refuerzo positivo y la educación emocional todos los días. Aprovecha cualquier oportunidad para llevar a cabo tu crianza con cariño. Olvida los gritos en tu crianza, también olvídate de las comparaciones, de las mentiras o de remarcar demasiado los defectos.
Sé ese padre o madre que tiene muy claro lo que quiere para su hijo/a: un padre o madre que no quiere un hijo perfecto, ni el más inteligente de la clase, ni el más guapo del mundo. Lo único que quiere es que su hijo sea feliz por encima de todas las cosas. Con responsabilidades, normas y límites… pero siempre desde el respeto y la inteligencia emocional de nuestra parte.
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