5 fallos comunes que cometen los padres al educar a sus hijos
Lo importante es aprender de errores educativos antes de que sea tarde
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Educar a los niños no es una tarea fácil. Los niños no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo, de manera que, aunque los padres tengan acceso a muchísima información y puedan prepararse para afrontar la crianza de los niños también deben improvisar y aprender sobre la marcha. Incluso, a pesar de tener las mejores intenciones, es normal equivocarse, forma parte del proceso de la paternidad/maternidad. Lo verdaderamente importante consiste en aprender de esos errores para poder encauzarlos antes de que sea demasiado tarde.
¿Cómo estás fallando en la crianza de los niños?
Sumidos en la rutina y las preocupaciones cotidianas a veces es difícil darse cuenta de los errores que cometemos con la crianza infantil. A la mayoría de los padres les mueven los mejores deseos, por lo que a veces pueden justificar sus fallos pensando que, a fin de cuentas, lo importante es que los niños sean felices, ya tendrán tiempo en el futuro de superar obstáculos y madurar por las malas.
Sin embargo, de lo que no se dan cuenta es que, si bien un error puntual puede subsanarse sin mayores consecuencias, una equivocación mantenida en el tiempo puede echar por tierra la crianza infantil y dar lugar a niños que no saben cómo afrontar la vida cuando sean adultos. ¿Cuáles son algunos de los errores que probablemente estés cometiendo?
1. No estás enseñando a tus hijos a respetar a los demás
Hoy los padres son conscientes de la importancia de animar a sus hijos a que expresen abiertamente lo que piensan o sienten y hagan valer sus derechos. Sin embargo, enfocarse tanto en fomentar la libertad de los niños puede hacer que se pase por alto enseñarles a respetar a los demás. A fin de cuentas, la libertad de una persona termina donde comienza la libertad del otro y es importante que tus hijos también aprendan esta lección desde que son pequeños.
Es importante que les enseñes a luchar por sus derechos y hacer valer su opinión, pero también deben aprender a respetar la opinión y los derechos de los demás, a pesar de que no los compartan. Todas las personas somos únicas y tenemos derecho a tener ideas diferentes y, cuanto antes les enseñes esto a los niños, antes aprenderán a defender sus derechos desde el respeto al derecho ajeno.
2. Los sobreproteges, en lugar de dejar que se equivoquen
Muchos padres quieren darles a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron y hacen todo lo que está en sus manos por evitarles cualquier sufrimiento. Sin embargo, este es uno de los mayores errores que puedes cometer al educarlos. Cuando sobreproteges a tus hijos, tomas las decisiones por ellos, te responsabilizas por sus actos e intentas ponerles todo fácil estás limitando sus oportunidades para aprender y desarrollar sus propias habilidades para afrontar la vida.
Tus hijos no necesitan que hagas las cosas por ellos o que tomes sus decisiones, necesitan que les brindes las herramientas y recursos para aprender a protegerse a sí mismos y librar sus propias batallas. Necesitan que les permitas equivocarse y que los animes a asumir riesgos, aunque ello implique que fracasen o sufran. Solo así serán capaces de afrontar su propia vida cuando no estés para protegerlos.
3. Intentas a toda costa que no se frustren
Vivimos en la era de la inmediatez. Los niños, y también muchos adultos, quieren todo fácil y ahora. No quieren esforzarse por conseguir las cosas, ni esperar unos meses o años para alcanzar sus objetivos. Pues bien, gran parte de la responsabilidad es de los padres. Cuando no dejas que tus hijos lloren y los consuelas inmediatamente, les das todo lo que quieren con tal de que no sufran o te molesten, suples todos sus caprichos para que estén felices y los ayudas a hacer sus tareas para que puedan solucionarlas satisfactoriamente lo que en realidad estás haciendo es criar a niños con una poca tolerancia a la frustración.
A la larga, estos niños se convertirán en personas que no saben apreciar el esfuerzo que se esconde detrás de cada logro, que se frustran con facilidad cuando las cosas no salen como esperaban o que no saben cómo afrontar los retos de la vida. Permitir que los niños lidien con los fracasos y las adversidades desde una edad temprana los ayudará a mejorar su tolerancia a la frustración en el futuro.
4. Sigues todas las tendencias sociales en materia de educación
Cada generación de padres tiene sus propias “normas” para educar a sus hijos. Hoy, por ejemplo, existen unas reglas no establecidas que dictan la edad más propicia para que los niños empiecen a leer, las clases extraescolares que deben tomar o el momento idóneo para darles un teléfono móvil, pero en realidad estas tendencias no deberían aplicar a todos los casos. Cada niño y cada familia son únicos y tienen sus propios valores y formas de ver la vida. Por tanto, cuando adaptas la crianza de tus hijos a las tendencias sociales solo para no ser diferente, en realidad estás limitando su desarrollo.
Cada familia debería educar a sus hijos como mejor considere. Obviamente, esto no implica que no puedas nutrirte de las tendencias en materia de educación para mejorar la forma en la que educas a los niños, pero en ningún caso deberías permitir que sea la sociedad quien siente las pautas de su crianza. Es importante que tengas claro cuáles son los principios, valores y normas que quieres inculcar a tus hijos y que seas fiel a ellas.
5. Priorizas las actividades de recreo sobre las educativas
¿Hace cuánto tiempo que no llevas a tus hijos a un museo o a un sitio histórico? ¿Cuándo fue la última vez que leísteis un libro juntos o visteis un documental? Los niños necesitan jugar, divertirse y vivir nuevas experiencias. Sin embargo, esto no debería ser una excusa para dejar de lado las actividades educativas que también pueden ser entretenidas y que, además, los preparan para la vida y mejoran su educación.
No solo es importante que brindes a tus hijos oportunidades para divertirse, también debes fomentar su interés por la lectura, el arte, la cultura o la historia. De esta manera, les estarás enseñando a pensar, a tener sus propias ideas y crear su propia visión del mundo. Les estarás enseñando a convertirse en personas auténticas y autodeterminadas.
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